Sí. De hecho, la solución más sencilla para hacer que la vivienda sea más asequible, y así aliviar parte del resentimiento de la juventud, es la correcta, que es simplemente construir más casas. La razón por la que esto no sucede, sin embargo, es mucho más complicada. Primero, considera la naturaleza de la ciudad. Los viajeros suburbanos se desplazan todos los días a la ciudad para trabajar, pero como no viven allí, no pueden votar allí para aumentar la oferta de vivienda. En segundo lugar, considera a aquellos con poder de voto en la ciudad. Por un lado, tienes a los propietarios que no quieren que se construya más vivienda y, por otro, a los inquilinos que sí quieren que se construya más vivienda. Seguramente, los inquilinos superan en número a los propietarios. Entonces, ¿por qué no votan simplemente para aumentar la vivienda? Debido a una mezcla de corrupción y obfuscación burocrática. Los propietarios solo necesitan gastar suficiente capital de cabildeo para superar la ventaja numérica de los inquilinos. Además, al ser más numerosos, los inquilinos son más difíciles de coordinar. En otras palabras, debe inventarse una "causa noble" para subvertir el voto de parte de los inquilinos a favor de la causa de los propietarios. Construir una casa aquí dañará el medio ambiente. Construir un rascacielos allí hará que las cafeterías locales quiebren a medida que la zona se "manhattanice" y Starbucks entre en acción. Eventualmente, se establecen muchas reglas y regulaciones arbitrarias que no prohíben realmente la construcción de nuevas viviendas, pero hacen que sea innecesariamente difícil y costoso. Esta obfuscación dificulta que los inquilinos incluso entiendan qué está impidiendo que se construyan nuevas viviendas. No pueden votar realmente para permitir que se construyan nuevas viviendas porque, técnicamente, no está prohibido construir nuevas viviendas. Tienen que atravesar el laberinto de regulaciones para finalmente entender que necesitan votar para perjudicar al pez delta o lo que sea para que los alquileres y los precios de la vivienda bajen. Básicamente, una tarea imposible. Se pone peor. Porque si eso no es posible, ¿qué es posible? Algo simple de entender pero en realidad contraproducente. Control de alquileres y mayores obstáculos para el desalojo. Los inquilinos básicamente votan para meterse en mayores escaseces y alquileres más altos. Este es el mundo en el que vivimos.