Aquí hay uno de los archivos. Siempre he luchado con este problema, aunque en ese momento no sabía el nombre: rumiación. Lo llamo el desagradable compañero de cuarto que vive en mi cabeza, y como deja claro esta entrevista, ¡hemos sido compañeros de cuarto de toda la vida! Lo que sé ahora, y desearía haberlo sabido entonces, es que este compañero de cuarto se vuelve más vocal cuando estamos cansados y agotados, por lo que cuidarme es una forma de despejar la habitación. ¿Tienes un compañero de cuarto similar? ¿Y cómo lo manejas? ¡Házmelo saber en los comentarios!
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