Y ahora: Un hilo sobre mis pensamientos sobre "1.5 ° C", no solo como objetivo del Acuerdo de París, sino también sobre la relevancia de los eventos #climate recientes y las superposiciones (o no) con las realidades geofísicas. (Esto fue escrito originalmente como una respuesta a un periodista, que usó extractos en su artículo).
Primero y ante todo, es absolutamente cierto que cada décima de grado cuenta; cada incremento del calentamiento global traerá un aumento relativamente mayor en los impactos sociales y ecológicos adversos que el anterior.
Esta declaración no se trata tanto de la tasa de calentamiento en sí, sino de un reflejo del creciente reconocimiento de que el sistema terrestre (especialmente la biosfera y la criosfera) puede responder de manera no lineal, y a veces de forma abrupta o incluso irreversible en escalas de tiempo humanas, a cambios graduales en el clima.
También es una consecuencia de la intensificación del ciclo hidrológico, que en realidad escala exponencialmente con el calentamiento y, por lo tanto, deberíamos *esperar* ver una aceleración en la intensidad de eventos como inundaciones repentinas, sequías e incendios forestales siempre que la tasa de calentamiento se mantenga estable.
En este sentido, cada fracción de un grado de calentamiento es (literalmente) peor que la anterior. Eso hace que lo que enfrentamos en las próximas décadas parezca bastante desalentador.
Desde hace tiempo tengo la opinión de que el objetivo de 1.5°C era muy poco probable que tuviera éxito. Era un objetivo muy ambicioso incluso cuando se anunció por primera vez, dado el clima y la trayectoria geopolítica de la época.
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