Las autoridades francesas han lanzado una investigación penal motivada políticamente sobre X por la supuesta manipulación de su algoritmo y la supuesta "extracción fraudulenta de datos". X niega categóricamente estas acusaciones. Esta investigación, instigada por el político francés Eric Bothorel, socava gravemente el derecho fundamental de X a un debido proceso y amenaza los derechos de privacidad y libertad de expresión de nuestros usuarios. El Sr. Bothorel ha acusado a X de manipular su algoritmo con fines de "interferencia extranjera", una acusación que es completamente falsa. Las autoridades francesas han solicitado acceso al algoritmo de recomendación de X y a datos en tiempo real sobre todas las publicaciones de los usuarios en la plataforma para que varios "expertos" analicen los datos y supuestamente "descubran la verdad" sobre el funcionamiento de la plataforma X. Uno de esos "expertos" es David Chavalarias, quien lidera la campaña "Escape X". Anteriormente conocida como "HelloQuitteX", la campaña está dedicada a alentar a los usuarios de X a abandonar la plataforma. Un segundo "experto", Maziyar Panahi, ha participado anteriormente en proyectos de investigación con David Chavalarias que demuestran una hostilidad abierta hacia X. La implicación de estas personas plantea serias preocupaciones sobre la imparcialidad, equidad y motivaciones políticas de la investigación, por decirlo de manera benigna. Un resultado predeterminado no es uno justo. Además, las autoridades francesas han clasificado a X como una "banda organizada" para los fines de la investigación. Esta caracterización, que normalmente se reserva para carteles de drogas o grupos mafiosos, permite a la policía francesa desplegar amplios poderes de investigación bajo la ley francesa, incluyendo la interceptación de los dispositivos personales de los empleados de X. X permanece en la oscuridad respecto a las acusaciones específicas hechas contra la plataforma. Sin embargo, basándonos en lo que sabemos hasta ahora, X cree que esta investigación está distorsionando la ley francesa para servir a una agenda política y, en última instancia, restringir la libertad de expresión. Por estas razones, X no ha accedido a las demandas de las autoridades francesas, ya que tenemos un derecho legal a hacerlo. Esta no es una decisión que X tome a la ligera. Sin embargo, en este caso, los hechos hablan por sí mismos. X está comprometido a defender sus derechos fundamentales, proteger los datos de los usuarios y resistir la censura política.
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