El derecho a la privacidad financiera y la información encriptada son fundamentales para los principios liberales de libertad. Sin embargo, a medida que el mundo avanza hacia convertirse en una sociedad sin efectivo, nos hemos abierto camino hacia la vigilancia financiera sin orden judicial. Hemos dejado una huella digital financiera con casi todas las interacciones en línea, y cualquier persona con suficiente dinero podría pintar una imagen de su vida diaria comprando (o robando) estos libros de contabilidad digitales de actividad. Entonces, mientras algunos de nosotros estamos construyendo herramientas para reclamar la privacidad, los gobiernos dicen que no hay justificación para que los ciudadanos oculten su actividad financiera. Cuando los gobiernos quieren evitar que las personas implementen y utilicen software y servicios que preservan la privacidad, están pisando aguas autoritarias. Los fiscales de distrito dicen que quieren llevar a los delincuentes ante la justicia. Los reguladores argumentan que necesitan acceso sin restricciones a las transacciones de todos. Los políticos afirman actuar en interés de proteger a los niños y la seguridad nacional. Pueden tratar de argumentar a favor de la moral, pero su lucha contra la privacidad es un esfuerzo enmascarado para mantener el poder. Preservar la privacidad significa devolver el poder a las personas. Los gobiernos están destinados a servir a las personas, no al revés. Esta es una batalla por el futuro de la democracia. Puede que no sepamos cuánto tiempo tomará, pero vale la pena luchar por él y no debemos perderlo.
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