Desde que entré en el mundo de las criptomonedas en 2017, la privacidad siempre ha sido una de esas narrativas que resurgen cada año, pero que nunca realmente despega. ¿Por qué? Porque cada solución de privacidad hasta ahora fue básicamente construida por usuarios de la dark net, para usuarios de la dark net, con el único propósito de lavar dinero, evadir impuestos o habilitar actividades turbias. Llamamos a eso Privacidad 1.0. Obviamente, la privacidad sin alineación regulatoria nunca iba a funcionar, incluso si algunos idealistas todavía sueñan con ese futuro distópico. Pero creo que la gente todavía subestima masivamente cuán esencial es realmente la privacidad para las criptomonedas como industria. Es lo único que nos separa de una verdadera economía en cadena. Claro, gracias a los ETFs y las stablecoins, TradFi está mostrando interés ahora. Sin embargo, lo que estamos viendo es solo la punta del iceberg. Honestamente, ni siquiera quiero imaginar hasta dónde podríamos estar ya si las criptomonedas tuvieran privacidad confiable, verificable y conforme desde el primer día. Si soñamos con un futuro donde las finanzas globales funcionen en cadena, la privacidad no es solo algo deseable, es un requisito. Cada negocio del mundo real lo necesita. Cada producto serio lo requiere. Los reguladores lo exigen. No puedes esperar que las instituciones vayan a la cadena cuando cada transacción, estrategia y usuario está completamente expuesto. Ustedes, los degens, pueden arriesgar millones en un sandbox transparente, pero los boomers y las instituciones conservadoras no lo harán. La mayoría de ellos ni siquiera tendrían permiso para hacerlo. La privacidad con cumplimiento (es decir, sin puertas traseras turbias) desbloqueará toda una ola de nuevos casos de uso, incorporación institucional y los próximos billones que llegarán a la cadena. Es hora de la Privacidad 2.0. Es hora de Arcium ☂️