El enviado especial de Trump, John Coale, bebió vodka con el dictador bielorruso Lukashenka en Minsk en un esfuerzo por negociar la liberación de prisioneros políticos. "Hice dos tragos, no vomité, pero no hice un tercero", dijo Coale. Tras la reunión, Lukashenka liberó a 14 prisioneros políticos, aunque miles siguen tras las rejas.
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