Un sistema adaptativo complejo es aquel en el que los componentes no se pueden aislar de manera útil, las interacciones rechazan los resultados deterministas y la manipulación de una variable genera comportamientos emergentes en otras. La interdependencia es una característica definitoria. Estos sistemas resisten el reduccionismo porque sus componentes bailan juntos de manera que generan información novedosa y frustran inherentemente la previsibilidad. Las partes de un sistema complejo son, por definición, inseparables. Porque si los separas, alteras fundamentalmente las partes mismas. No se puede desenredar un hilo sin tirar de muchos.