Hora de contar una historia: En 2021, una de las carteras más legendarias en el espacio era una cuenta llamada fartlord.eth. Una colección masiva. Barridos de suelo ridículos. La cartera estaba llena de arte fino realmente de primera categoría (¿recuerdas Folia?) y también de absurdos PFP de degen, sin distinción alguna entre ellos. Era una cuenta realmente divertida, y FartLord y yo nos hicimos buenos amigos. Cerca de la misma época, un artista muy exitoso en el ámbito tradicional pidió reunirse conmigo en las ferias de arte. Este artista tiene una representación en galerías de primer nivel y es, por varios órdenes de magnitud, mucho, mucho más rico que yo. Estaba emocionado de pasar el rato y charlar. No. Querían pedirme un favor: ¿podría, por favor, PRESENTARLOS a FartLord? Necesitaban conocer a FartLord y necesitaban que YO lo hiciera posible. Y siempre recordaré caminar por Regents Park, con este artista que estaba muy por encima de mi nivel, adornado con Dolce & Gabanna, mirándome suplicante y diciendo el nombre en voz alta una y otra vez: "FartLord." "¿FartLord?" "¡FartLord!" Y ahí fue cuando supe que los NFTs eran el gran igualador.