He pasado mi carrera persiguiendo una pregunta: ¿Cómo reunimos los datos correctos para hacer que la IA funcione en el mundo real? Desde los laboratorios de Stanford hasta las aulas de UT Austin, busqué en todas partes. La respuesta no es otro laboratorio de IA, sino una blockchain construida para tratar los datos como propiedad intelectual. Por eso me uno a @StoryProtocol como su Director de IA. En Stanford, estudié "robótica en la nube", cómo flotas de robots podrían usar computación distribuida para aprender juntos. Incluso monté una cámara en mi coche para resolver esto: Si los robots solo pudieran subir el 5-10% de lo que ven, ¿cómo elegimos los datos más valiosos? La mayor parte era metraje aburrido de la autopista. Pero <1% capturó escenas raras: Waymos autónomos, sitios de construcción, humanos impredecibles. Esos datos de "larga cola" hicieron que los modelos fueran más inteligentes. Los etiqueté a mano, incluso pagué el servicio de etiquetado de Google Cloud para anotar mi metraje con conceptos específicos como "unidad LIDAR" y "vehículo autónomo", y entrené modelos que funcionaban en un TPU del tamaño de un USB. Pero la academia solo llega hasta cierto punto. En UT Austin, mis preguntas cambiaron: → ¿Cómo podemos hacer crowdsourcing de datos raros para mejorar el ML? → ¿Qué sistemas de incentivos realmente funcionan? Eso me llevó al cripto: blockchains, economías de tokens, incluso DePIN. Escribí en un blog, redacté artículos sobre ML descentralizado, pero aún me preguntaba: ¿quién está realmente construyendo esta infraestructura? Por pura casualidad, conocí al equipo de Story. Me invitaron a dar una charla en su oficina de Palo Alto. Eran las 6 PM, la sala aún estaba llena. Hablé sobre "IA Neuro-Simbólica" y terminé con una diapositiva llamada "Un Toque de Cripto". Esa charla se convirtió en un rol de asesoría, que ahora se ha transformado en algo mucho más grande. Estamos en un momento crucial. La computación está mayormente resuelta. Las arquitecturas de modelos se copian de la noche a la mañana. La verdadera ventaja competitiva son los datos. No datos extraídos de Reddit. No lenguaje interminable. Sino datos del mundo real, de larga cola y con derechos claros que entrenan IA encarnadas: robots, vehículos autónomos, sistemas que navegan nuestro mundo desordenado. Imagina esto: Capturo una escena de conducción rara en la cámara del coche y la registro en Story. Un amigo la etiqueta. Un agente de IA crea variantes sintéticas. En la cadena estructurada en grafos de Story, cada una se convierte en propiedad intelectual vinculada. Las regalías fluyen automáticamente. Todos reciben pago, cada paso es rastreable en la cadena. Por eso ahora soy el Director de IA en Story, construyendo las vías para datos de entrenamiento descentralizados y con derechos claros. Es hora de hacer que los datos sean la nueva propiedad intelectual. Story es el lugar para hacerlo. Mucho más por venir pronto. Vamos.
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