Hace unos minutos me tropiezo con un ejemplar del Juramento del Ingeniero de Rudyard Kipling. ¡No estoy seguro de haber visto la versión completa antes! "En este día, en presencia de mis compañeros en el llamado, me comprometo a mi Sagrado Honor, que en la medida de mi leal saber y entender, no sufriré ni pasaré, ni seré parte del paso de Mano de Obra o Material defectuoso en lo que concierne a mis obras ante Dios y la Humanidad como Ingeniero. No rehusé Mi Tiempo. no envidiaré mi Pensamiento; no negaré mi cuidado, hacia la excelencia de las obras a las que estoy llamado a poner mi mano. Recibiré abiertamente Mi Salario Justo. Guardaré honorablemente mi Reputación; pero no exigiré más de lo que se debe; ni menospreciaré las obras de mis compañeros ingenieros, sino que corregiré sus errores con un espíritu humilde y aceptaré gustosamente la corrección de los míos. Por los fracasos y descuidos que seguramente cometeré, pido perdón a mis semejantes; y ruego que en mi hora de necesidad, las palabras de este Juramento me sostengan y me den la fuerza para hacer lo que debo. ESO DECIMOS TODOS". Palabras para vivir. Lo he intentado.